En un contexto en el que, a partir de la desaparición forzada de
Santiago Maldonado, diversos medios de comunicación intentan demonizar
al pueblo originario mapuche y negar su preexistencia, compartimos un
comunicado emitido por la Sociedad Argentina de Antropología, con el
objetivo de ayudar a esclarecer la confusión que algunos discursos
intentan generar.
“Desde la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Antropología
creemos que nuestra institución no puede quedar callada ante la
violenta situación que continúa padeciendo el pueblo mapuche. La
desaparición de Santiago Maldonado ha desatado una ola
de ideas infundadas acerca de los pueblos originarios que circulan por
los medios de comunicación y las redes sociales. En este sentido, y con
el objetivo de difundir nuestra posición al respecto, compartimos las
palabras de nuestro colega el Dr. Juan Carlos Radovich.”
LAS MENTIRAS SOBRE EL PUEBLO ORIGINARIO MAPUCHE
“Ya todo ha sido dicho pero como nadie escucha hay que volver a empezar” (André Gide).
“Ya todo ha sido dicho pero como nadie escucha hay que volver a empezar” (André Gide).
El pueblo originario mapuche ha forjado
una compleja historia de más de 300 años de resistencia a la dominación
de la corona española. Finalmente, sólo fue sometido militarmente hacia
fines del siglo XIX, cuando los ejércitos chileno y argentino
llevaron a cabo la operación militar denominada “Pacificación de la
Araucanía” en Chile, y “Campaña al Desierto” en nuestro país, consolidando de este modo, las fronteras de ambos países en un proceso en el cual el genocidio signó la conformación de ambos estados nacionales para luego transformarse en etnocidio o genocidio cultural.
Frecuentemente suele afirmarse, atentando contra la inteligencia humana, que los mapuches “son chilenos”, “terroristas apoyados por los kurdos, la ETA y las FARC”; y que “quieren crear un estado independiente”.
Todas estas falsedades malintencionadas suelen ser transmitidas por
seudo historiadores y periodistas al servicio de los medios
concentrados, aunque la usina productora de estas afirmaciones
debemos rastrearla en las ideologías dominantes desde fines del siglo
XIX, sustentadas permanentemente por las oligarquías dueñas del país.
Con sólo observar y analizar
quiénes atacan a los mapuches, podremos darnos cuentas acerca de cuáles
intereses se esconden detrás de dichas mentiras, pero que
resultan de suma utilidad en momentos en que la avidez por la ocupación
de territorios para ciertas explotaciones o solo para la mera
especulación financiera está a la vista.
Por otra parte, dichas opiniones
vertidas por autores no especializados, son presentadas como si fuesen
un análisis profundo y certero de la realidad social. Sin
embargo, no incorporan los aportes desarrollados desde las diferentes
disciplinas científicas en las últimas décadas, tanto en el ámbito
nacional como internacional, referidos a la cuestión
étnica, indígena y en particular en relación al pueblo mapuche.
étnica, indígena y en particular en relación al pueblo mapuche.
En estos momentos, de
vulnerabilidad institucional democrática, agravada por la desaparición
forzada de Santiago Maldonado y la existencia de presos políticos
indígenas en distintas provincias del país (Chubut, Jujuy, Formosa,
etc.), debemos plantear la problemática con suma seriedad y
responsabilidad, instando a las autoridades e instituciones involucradas
a tener en cuenta los instrumentos legales específicos vigentes.
En este sentido vale la pena recordar que resulta por demás conocido
que la vulneración del derecho a la “diversidad” constituye una de las
violaciones a los derechos humanos que se efectiviza en la negación de
ciertos reclamos colectivos en los planos económico, político, social y
cultural de los pueblos indígenas.
El Convenio 169 de la OIT, Artículo 2º, Inc. 1º señala: “Los
gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la
participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y
sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a
garantizar el respeto de su integridad”. Por su lado en el
Artículo 4º, Inc. 1º del mismo Convenio establece: “Deberán adoptarse
las medidas especiales que se precisen para salvaguardar las personas,
las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio
ambiente de los pueblos interesados”.
En estos momentos está por
vencerse la prórroga otorgada a la Ley Nº 26.160 “de Emergencia
territorial en favor de las comunidades indígenas”, de carácter
nacional, destinada a evitar desalojos compulsivos y regularizar la
tenencia territorial de las distintas comunidades. Resulta
imperioso instar al Congreso de la Nación a efectuar dicha prórroga,
dado que de no realizarse, muchos conflictos territoriales cada vez más
serios podrían producirse en un futuro cercano.
Dr. Juan Carlos Radovich
Antropólogo Social (Profesor Titular UBA – Investigador Principal del CONICET)
Instituto de Ciencias Antropológicas (ICA)
Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) – Universidad de Buenos Aires (UBA)
Antropólogo Social (Profesor Titular UBA – Investigador Principal del CONICET)
Instituto de Ciencias Antropológicas (ICA)
Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) – Universidad de Buenos Aires (UBA)
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